“Bunbury and Vegas”, de vuelta al ruedo

Me voy a permitir el lujo de comparar a Bunbury con Prince. No por su calidad musical, ni tampoco por su estilo o composición. Bunbury (voluntaria o involuntariamente) is earning the title of “star” and “down”. This way of doing and undoing as you please: Now there is a tour now I cancel it, Now I'm preparing a new album and now it won't see the light, Now I'm retiring from this world and now I feel like coming back….. And it seems that the musician is working on new projects..

‘BUNBURY AND VEGAS’, MUSIC THINGS, THE FILIN AND THE DESTINY

DIARY OF CADIZ / Things of destiny. A few years ago Nacho Vegas was sitting in the same garden where he now serves us when he received a call from Enrique Bunbury to participate in his Freak show.. “Of fucking mother” –he thought–. What I didn't know then, neither he nor the unusual Zaragoza native who at this moment sits next to him, is that both would end up in El Puerto de Santa María, in Paco Loco's studios, recording an album about which little is still known but which, in the judgment of what could be gauged throughout the afternoon, gives off very good vibes.

“In this process nothing has been natural, everything has happened in a truly strange way”, Bunbury warns, with more seriousness than joking, before recounting the different meetings that the musicians held in Gerona and Zaragoza to forge a large part of what will become “Vegas and Bunbury” -says Enrique- or “Bunbury and Vegas, the esdrújula is better in the first place” –as Nacho assures–.

“Right now we are in the moment of creation, we still haven't decided everything. This morning we woke up and we want it to be a double album. In a week we will see”, questions the Asturian, framed in an environment that is not unknown. “I have recorded my solo albums here with Paco. This place is a true refuge”, assures, between vines, lemon trees, and a little wind that begins to stretch, lulling the afternoon.

El destino echó sus cartas, pero es de justicia asegurar que los músicos supieron aprovechar la oportunidad. “Cuando llevas tiempo en la música sabes qué te une y qué no te une con otros compañeros. Yo me siento más cerca de Enrique que de otros músicos de mi misma escena”, aprecia Vegas, al momento que rafitica el ex Héroe: “Pues no te digo yo. Parece paradójico pero es muy difícil hablar con un músico de música. Es complicado encontrar a alguien que comparta tu visión para componer, tus gustos musicales y tu forma de hacer las cosas. A veces todo es tan ridículo…”.

Pero se encontraron. Dos fuertes personalidades musicales emprenden un mano a mano –puede que el compacto, que saldrá a la venta después de verano, contenga ocho o diez canciones de cada uno– pero no existe choque alguno. “Es obvio que cada uno tenemos una voz y un carácter musical propio, pero no partimos de lugares tan lejanos y a los dos nos gusta lo que hacemos”, añade el cantante de voz profunda y desconcertante mirada.

Y es cierto. “Rara avis”, define Enrique. Pero quizás no son raros, quizás sólo es cosa de la música, de vivir la música no de la música. “A mi música nadie le da por saco”, sentencia, incombustible, Bunbury. “Es cuestión de saber lo que quieres”, le acompaña Nacho Vegas. Definitivamente, la honestidad y la valentía se han convertido en valores en alza cuando realmente es una obligación del artista. No son raros.

Si hay algo que no está prostituido en la música es la música misma. Si hay un lugar donde nunca pisó el hombre blanco, ese territorio es la música”, cuenta el creador de Freak show y Bushido. Casi se puede tocar la energía que desprenden al hablar de música, de creación y, lo que aún es mejor, de libertad. “La libertad no te la otorga nadie, se toma”. Ahí queda. “Muchos pueden pensar que es fácil para Enrique decir esto por su trayectoria larga y consolidada, pero no es así. La libertad de hacer la música que uno quiere está al alcance de la mano”, firmado por Nacho Vegas. Sólo hay que dar un repaso a su carrera, de principio a fin, y no quedará otra que asentir.

Nadie te va a decir si te la mereces o no (la libertad). Ni siquiera a Whitney Houston”. “¿Whitney Houston?” –pregunta entre risas Vegas, antecediendo a las carcajadas que siguieron ante el ejemplo de Bunbury– “Yes, ¿por qué no? ¿no pudo ser ella la nueva Aretha Franklin?”, añade de nuevo.

Así transcurre la tarde, between friends. A golpe de vista se palpa el filin, la conexión entre los intérpretes. Seguro será un buen disco, doble o no doble. Vegas y Bunbury están de acuerdo en lo esencial, en el concepto.

Hago canciones porque me contradigo al intentar explicar las cosas que no son tan sencillas. Las canciones viven de las contradicciones. Es más, son preguntas a responder, pero cuando lo haces surgen más dudas. Por eso para mí es inevitable componer”, reflexiona el ex Manta Ray, mientras que se une, presto, Bunbury: “Las canciones son formas de mostrar nuestra certeza ante las dudas de la vida cotidiana. Son la fotografía del sentimiento”.

Pero el tiempo pasa, por Nacho Vegas, por Enrique Bunbury y por todos. “Por eso jode tanto cuando ves una entrevista que te hicieron hace tiempo y dijiste cosas que ahora las ves totalmente diferentes”, ríe el artista asturiano tras las gafas de sol. “Parece que en mis canciones sentencio sobre algún tema, pero ese no es mi propósito. Ofrezco mi visión de las cosas pero algunas veces es normal que lo particular se convierta en universal y viceversa”, relata, meanwhile, el zaragozano.

El desorden reina en la mesa, convidada de piedra en las múltiples conversaciones que habrán mantenido Bunbury, Vegas y Loco en este casi mes y medio de grabación. El desorden impera sobre el hule, pero no en las ideas. “La honestidad con lo que se hace no es un mérito es una obligación, pero no para todo el mundo es así. También puede ocurrir que se realice un trabajo sincero pero salga una mierda de disco”. Vegas no se anda con sutilezas.

Así entienden la música, como una forma de vida si es sincera, aunque son sabedores del traslado de la honestidad aun segundo planocuando compite frenteal espectáculo y el entretenimiento”, afirman.

Por ello, todavía dudan de lo que ocurrirá una vez que se presente su nuevo trabajo. “Ahora mismo estamos metiendo las voces, es muy pronto para decidir la gira, aún no hemos tenido tiempo para hablar de lo que nos apetece hacer”, apunta Vegas, al tiempo que agrega, “pero si se hace, será una bonita gira”. “Este disco es especial, por tanto se merece algo especial, se merece un tratamiento de algo único. Será poquísimo y buenísimo”, apunta Bunbury.

El estudio de grabación está a unos pasos del jardín. Hay que ponerse a trabajar, y eso parece todo un gozo si se hace entre colegas y en el entorno espléndido que ofrece Paco Loco. Qué más se puede pedir si viene de cara la música, el filin y el destino. “Soy un determinista trágico convencido”, culmina Nacho Vegas con humor, y sin que falte la filosofía.

Source: Diario de Cádiz

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