Por Eduardo Cassano en http://www.diariosigloxxi.com
Carlos Goñi volvió a Barcelona entre efusivos aplausos y cánticos de “oe, oe, oe”, que se prolongaron durante las dos horas que duró el concierto. Presento su tercer Básico, encadenando así una trilogía del formato acústico en directo que él mismo se encargó de crear a principios de los noventa. También agradeció la calurosa acogida del millar de fans que esperaban verle y nada más comenzar se ganó al público felicitándoles, en referencia a los éxitos del Barça, “a pesar de que todo el mundo conoce mis colores”.
Cuando se apagaron las luces de la sala se encendieron las pantallas de los teléfonos móviles para inmortalizar el momento. Grabar unos segundos del concierto, hacer fotos o llamar a alguna de las personas que se quedaron fuera al agotarse las entradas. Entre los asistentes había gente de todas las edades, desde adolescentes que bailaban en su primer concierto de Revólver hasta gente que lo lleva siguiendo desde finales de los ochenta.
A pesar de que la mayoría de sus letras describen soledades y tristezas, tan típicas de cualquier cantautor, Revólver consigue conectar con la gente más rápido y de forma un tanto especial, quizás por conseguir acercarse un poco mejor a la realidad de una gente que, paradójicamente, busca en la música una vía de escape de esa propia realidad.
Canciones como “Tú y yo”, “Nos prometimos el mar”, “Tu noche y la mía”, y sobretodo, “El Dorado” ponen los pelos de punta a cualquiera. Precisamente ahí radica el éxito de Carlos Goñi, la enorme sensibilidad que se oculta bajo la apariencia de un tipo duro que viste de negro, le gusta el rock y disfruta sus conciertos como si estuviera bajo el escenario. Cuando uno le ve en directo entiende que es la clase de persona que vive por y para la música, a diferencia de aquellos que sacan algunos discos para ser famosos y ganar dinero.
En el último concierto se echaron de menos canciones como “Calle Mayor”, un clásico convertido en himno, o “Mestizo”, que aparece en el “Básico 3”, pero es comprensible dada la cantidad de grandes éxitos que atesora. Sin embargo se rescataron otras canciones como “Lisa y Fran” o “El Dorado”, sino tan comercial como otras canciones, sin duda una de las mejores letras que se han escrito en este país.
Poco antes de finalizar el concierto, Carlos tuvo unas sinceras y emotivas palabras para el público al decir que “cuando uno tiene noches como las de hoy es para abrazarse y no soltarse nunca”. Realizó dos bises tras los cuales tocó algunas de las canciones más íntimas y personales que tiene, como “Todo aquello que jamás seré”, una de las nuevas.
Por si alguien no lo sabía, Carlos Goñi llegó a la música a través del deporte, del mismo modo que lo hizo Julio Iglesias. Después de jugar a balonmano y sufrir una lesión, empezó a escribir y hasta hoy. Se puede decir que ya forma parte de esa vieja guardia española, junto a Sabina o Aute entre otros muchos, que nada tiene que envidiar a la inglesa. Todos ellos tienen que estar satisfechos, pues siempre admiraron a los Bob Dylan, Phill Collins o Mark Knopfler y en cada nuevo trabajo que editan se vuelven a convertir en sus dignos sucesores.