Toallas mojadas

Suena el interfono, un rápido saludo y oigo como los pasos en las escaleras van cogiendo fuerza, mientras como feroz kamikaze, los nervios surfean, se dejan arrastrar.

Golpe de nudillos, tímidas miradas y mis manos sin saber donde guardar. Te ofrezco una bebida, dices que no quieres vaso y sin darnos cuenta risas empiezan a sonar, mientras las camisetas sobran y descuidas, entre ellas, se dejan liar.

No hacen falta palabras para que mis manos busquen tu cinturón, tus playeras caigan encima de la mesa y, mágicos y temerosos, tus dedos empiecen a explorar el que dices es un cuerpo bonito.

Noto el temblor de tus dedos que cuidadosos exploran mi torso. Tembloroso yo, la respiración se acelera y los botones uno a uno empiezan a ceder, la presión se puede sentir y las ganas presagian que de todo lo vivido no hay nada aprendido aquí.

El deseo nos encuentra en el suelo, recorre la cocina y en la ducha la ropa mojada me acabas de quitar mientras pienso que Dios existe aun sabiendo que al acabar Dios volverá a marchar.

El agua absorbe las torpes palabras y Keane decide sonar magistral, en las ventanas la noche se come el atardecer y tras la cortina nuevas melodías van cogiendo ritmo y por ese ritmo nos dejamos llevar.

Los besos son tiernos y así ganamos tranquilidad. Con el agua las ansias no se hacen esperar y vemos todos los golpes que una pared es capaz de soportar.

Rastros de agua por toda la casa muestran caprichosos dibujos y al final del camino toallas mojadas, repudiadas, al suelo dejamos deslizar sin importar donde caerán.

Sonoras risas se dejan escuchar y acrobáticos saltos se mezclan con la saliva, el agua, y extrañas posiciones que aun nos hacen reir más. No seré yo quien ponga freno al brillo de tus ojos.

Sombras. Formas. A la luz de 4 velas las siluetas tienen algo irreal se crecen y crecen y luego desaparecen sin más, vuelven a coger forma y no entiendo por que no te puedo dejar de besar.

Las risas continúan y aún así se que no podré aguantar y entonces el cielo muestra su infinidad, planeamos juntos y nos dejamos llevar sabiendo que ha sido el principio y a la vez el final de una historia que nació en las líneas de un Chat.

Tus manos buscan las mías, aprietas y entiendo porque no hay disfraz, mi cabeza empapada te moja y el sudor nos vuelve a enganchar mientras tumbados me cuentas que nunca te había sucedido un vuelo similar.

Las risas vuelven a planear y cha cha cha volvemos a bailar de la habitación a la ducha, haciendo escala en el sofá, y al regresar 4 toallas mojadas ahora se pueden pisar.

La magia sigue latiendo y unidos, danzar y danzar. Se ha parado el tiempo, ha caído la noche y no importa que hacia horas que tenías que marchar.

La puerta se cerrará, el deseo se calmará y los sonoros besos tenderán a callar. Sé que no podré olvidar, que tú siempre esta noche la guardarás y por saber, sé que lo puro es intocable y como tatuaje la piel guardará.

4 thoughts on “Toallas mojadas

  1. Y te vuelvo a rectificarComo puedes poner este post en “sciocchezza”…
    Yo eso lo pongoCon los 5 sentidos”… uuufffff

  2. De verdad te ha pasado eso o es inventado? como parece que en sense sentit solo pones cosas que paracen personales pues yo que se

    Y si es real, no la volverás a ver más? y si ella te lo pide?

  3. Estais revolucionados por ser Lunes o estaís revolucionados por lo que he escrito?

    Sense sentit como su nombre indica son cosas que me vienen a la cabeza, casi todo vivencias pero no tienen sentido: No al menos un sentido literario porque no está estructurado correctamente, la mayoria de las veces los textos son siguen una coherencia gramatical, errores en los diferentes tiempos y personas, etc…son textos que ni reviso ni modifico. Se quedan así…sciocchezza.

    Mireia (creo que eres de Lleida, oi?) es una historia real, que no se volverá a repetir, que no tiene masculinofemenino, y que esta escrita por pura necesidad.

    Gracias por seguirmesiempredespués de tanto tiempo.

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