Con lleno total y rezando un «No hay entradas» me atreveria a decir que Carlos Goñi se encuentra en un dulce momento musical. Lo he podido notar esta noche, en la sala la Paloma de Barcelona, donde Carlos se ha dejado literalmente la piel y seguro que algún que otro kilo.
Una a una han empezado a sonar canciones y todo era..ohhhh….ostras……si, si, si…en fin…cada principio de cada canción, era com un pequeño placer. Un regalo tras otro, y así, hasta llegar al los bises. Lastima que mi movil no tenga la calidad suficiente para habar grabado unos minutos de video y haceros participes de ello.
Tengo que decir que el sonido ha sido malo o al menos a mi me lo ha parecido. Si este hubiese sido bueno, habria estado ante un concierto histórico con un Carlos y una banda entregados y con un público más entregado todavia.
Ha sido genial ver como gente joven se mezclaban con treintañeros y con puretillas y todos, como si de una única voz se tratase, cantabamos a duo todas las canciones. Y yo que me creia que era el único que podia ir a un concierto de Revolver y cantar todas y cada una de sus canciones de principio a fin…que iluso….
Nunca he dicho tantos «oe..oe,oe.oe» como esta noche, pero no me podia resistir. El entorno se prestaba a ello: Oe…oe,oe,oe. Vaya dos horas y media de concierto.
Pelos de punta, látidos en el corazón, ilusión, magia….y Carlos cantando a menos de un metro y medio de mi….puaffff. Gracias Carlos.
Me gustaria mencionar, también, la profesionalidad y buenas vibraciones (a mi parecer, claro) del bateria y su inagotable vitalidad. Que forma de dejarse las manos…con cada golpe….
Nunca habia visto a un Carlos Goñi tan emotivo y sincero. Además, una de sus últimas composiciones, «Todo aquello que jamás seré» es una muestra de ello.